lunes, 6 de abril de 2020

Canversaciones interrumpidas

- Habíais visto tal espécimen ininteligible gritando improperios a esa manada de aprendices encarcelados, ahogando quejas en póstuma necedad. Intransigencia que atraganta y arquea la cuerda sonora que va desde la idiotez hasta la imprudencia intelectual.
- Cualquiera puede inmolar sus principios en el momento más inesperado, puede entonces calcularse un tropezón de fundamentos.
- ¿Porqué no dejar cubrir la proa de sedimentos hasta que de los esqueletos pululen ratas rosas con los eufemismos de una gran civilización?
- La coherencia no es la libertad a sus anchas, pueden sentirse invisibles ataduras que magullan el espíritu de la locura y los sobresaltos de las vidas fingidas.
- Bienvenido al mundo, la realidad en la que buscas incansables soportes que contengan tu vida hasta que el péndulo marque el ritmo de la metamorfosis, y fluyas rápido al cajón de las condenas.
- Jajaja entonces rie, la prisión da refugio,  hay muchos ruidos allá afuera, ruidos de niños que mascullan los preparativos de otra guerra, ¿Puedes Verlos?, con sus soldaditos taladrando el futuro de sus sueños.
- ¡Mira a la ventana!, todavía existe oportunidad de hacer algo y la vida es lo único que no se conoce, en definitiva es lo más importante y lo más grande misión es promoverla, aunque implique crueles agonías.
- ¿Y me lo dices ahora?

08/01/2008

Algolagnia

Puede pasar el tiempo
y dejarme abierto y con cicatrices dentro
dentro de la carne y de los sentimientos
los desbordes de la lujuria
los tráficos ansiosos y libertinos
se mecían los transeúntes
vigilantes de incoherentes sonidos
y ella nuevamente ausente
lejanía de mieles carrasposas
labios endureciendo en lo árido
esperanza de crueldad
fidelidad arrebatada
por la apariencia risueña, lagrimas
gotas de humedad descuartizando en silencio
ausencia en el letargo oportuno
del poeta difamador y blasfemo
ancla de soplo, de sed, en la lengua atareada
disyunción del aprendiz
secuela difícil de estupor
algolagnia como palabra parásita
insomne en drástico olvido
como el soporte del indefenso
grito agudo, aullido.

01/08/2008

Costumbre

El hombre decidido a alimentarse, buscó entre la basura hasta que se le volvió costumbre,  y así todos los días de su vida hasta que el mismo se convirtió en basura.

El hombre decido a regularse, barrió el polvo de sus excesos hasta que se le volvió costumbre, y así todos los días de su vida hasta que de tanto estornudo se convirtió en polvo.

El hombre decidido a emocionarse, lamió en una mujer todos sus temblores hasta que se le volvió costumbre, y así todos los días de su vida hasta que le salieron pelos y cayos en la lengua.

El hombre decidido a torturarse, repartía besos en bocanadas de licor hasta que se le volvió costumbre, y así todos los días de si vida en la prisión fue arrinconado ante su llanto.

El hombre decidido a soportarse, clavó en su piel armaduras de dolor hasta que se le volvió costumbre, y así todos los días de su vida pudo enconar su enfermedad.

El hombre decidido a ser feliz, dio prioridad a lo que quiso apasionado hasta que se le volvió costumbre, así todos los días de su vida derribó un obstáculo tras otro hasta que logró su éxito.

05/01/2008